
May December
Todd Haynes firma una historia pretenciosa que se queda lejos de ser una de sus películas memorables
Por Ainhoa Mela
Después de su presentación en Cannes, Todd Haynes llega a San Sebastián con su última película May December (Secretos de un escándalo en España).

A mas de un espectador le resultará familiar la historia que refleja la película. Y no es para menos. El romance secreto entre Mary Kate Letourneau y Villi Fualaau hizo correr ríos de tinta en la sociedad estadounidense de los años 90. Ella, una mujer en su treintena; él, un estudiante adolescente de 13 años. Ambos iniciarán una historia de amor a la que no le faltaron divorcios, embarazos, juicios y encarcelamiento, ingredientes más que suficientes para una película de contenido jugoso e impactante.
Todd Haynes nos trae en efecto una particular visión de esta historia, una con alunas licencias artísticas en la que Mary Kate será Gracie y Villi será Joe. La historia de pasión y escándalos se mantendría prácticamente inalterable si no fuese por la vuelta de tuerca que el guion decide darle a la ya compleja historia incorporando al personaje ficticio de la actriz Elizabeth Berry (encarnado por Natalia Portman). La interprete llegará con la excusa de preparar su representación en la ficción de Gracie, pero su presencia no hará más que alterar la ya difícil dinámica familiar.

Todd
Haynes nos trae así al más puro estilo Carol dos personajes femeninos con vidas
y aspiraciones contrapuestas que ven sus caminos cruzados; sin embargo, lejos
se ha quedado el director de conseguir otra exitosa historia en la que el duelo
entre las dos mujeres protagonistas sea el plato fuerte. La obsesión de la
actriz Elizabeth Berry por perfeccionar su personaje se diluye en rifirrafes
familiares y una compleja historia de pareja que evoluciona en los 113 minutos
de metraje.
El guion firma una historia pretenciosa pero que se queda lejos de ser una de esas películas memorables.
Por el
contrario, lo que sí deja claro "May December" es que las cosas no son blancas
o negras sino que hay muchas variantes de gris. El guión no cae en obviedades y
se aleja de representar a una mujer enamorada de un adolescente como una
villana; todas las versiones de una misma historia se presentan a través de una
Natalie Portman que mas que actriz hace las veces de entrevistadora un tanto
sensacionalista. A pesar de vivir una historia extraordinaria, Gracie no deja
de ser un personaje real, con sus defectos y sus traumas causados por la
vivencia de una historia inevitablemente traumática. Julianne Moore hace las
veces de esposa, madre y niña; todo cabe en su rango interpretativo, ganando
ampliamente el duelo frente a Natalie Portman.

A Julianne
Moore le acompaña Charles Melton como pareja interpretativa, un matrimonio atípico
en un constante intercambio de roles. El actor secundario por naturaleza sabe
sacar todo el jugo a su personaje y se convierte en un protagonista inesperado
por momentos y con su más que loable evolucion metafórica y real consigue
hacerse un hueco en una historia pensada para que sus dos protagonistas fueran
las únicas estrellas.
Todd Haynes nos trae al más puro estilo Carol dos personajes femeninos con vidas y aspiraciones contrapuestas que ven sus caminos cruzados
A través
de este trio de personajes y sus relaciones en constante movimiento el guion
firma una historia pretenciosa pero que se queda lejos de ser una de esas
películas memorables. La historia con una intensidad y pasión latentes queda
envuelta por unos efectos musicales que sin embargo parecen más dados a un
misterio y una tensión de las que el guión carece. La combinación de guion y
banda sonora no lograr el efectismo que intenciona, sacando por momentos a un
espectador de una historia que por su contenido debería atraparle desde su
inicio.
Con todo ello, Todd Haynes retrata una de las historias que más pasiones levantó en la sociedad estadounidense en una película con demasiados altibajos y que llega para convertirse en una de sus menos gloriosas.
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