Reina Roja

La adaptación de la novela de Juan Gómez Jurado convence, pero no apasiona con una temporada que sabe a poco

El 29 de febrero de este año bisiesto llegaba a Amazon Prime la esperada adaptación del libro superventas Reina Roja de Juan Gómez Jurado, a quien también podremos ver en nuestras pantallas con un pequeño cameo en la serie que hará las delicias de los fans de la novela.

Con tintes fantásticos y policiacos, la historia de esta Reina Roja es la historia de una mujer, Antonia Scott dotada de una inteligencia extraordinaria pero que vive una vida atormentada con una frágil salud mental y una desgracia familiar que la mantiene alejada de su misterioso y singular trabajo. Sin embargo, un misterioso asesinato llevará al polémico inspector Jon Gutiérrez a buscar a Antonia y juntos se enfrentarán a un caso aparentemente sencillo pero que les cambiará la vida a ambos.

Muchos son las tramas que se abren en una historia compleja, pero no todas sabe desarrollar la serie. Unos episodios iniciales frenéticos, intrigantes y visualmente atractivos adentran al espectador con facilidad en un "caso cualquiera" que deben resolver los protagonistas que se complica con otra desaparición. El devenir de los episodios nos muestra a través de flashbacks una trama más compleja y ambigua. Y es que introduciendo forzadamente el personaje de Mr. White como futuro nuevo antagonista de la Reina Roja, pocas son las pinceladas que se dan de un relato que deja con más interrogantes que respuesta. Uno intento que a veces parece demasiado burdo y forzado de dejar encaminada una segunda temporada más que de completar la historia de una mujer que ya cuenta con una sorprendente y poco emocionante antagonista.

Una adaptación irregular que tira de efectos visuales y de continuos cambios de escenario para amenizar la investigación es la base de una serie que encuentra en sus dos actores principales la luz que la da brillo.

Muchos son las tramas que se abren en una historia compleja, pero no todas sabe desarrollar la serie

En un registro en el que no le habíamos visto antes, Hovik Keuchkerian nos sorprende en el papel de inspector homosexual y ácido que se convierte en el fiel escudero de Antonia Scott. Un personaje de por sí excepcional (pocas veces habíamos visto en una serie policiaca donde la testosterona salpica por todos lados un policía gay siendo protagonista) al que el actor infunde frescura rompiendo con los estereotipos y la tensión propia de una serie de asesinatos. Y si además le juntas con su madre, vasca de pura cepa y con una gracia que no le cabe en el cuerpo, el combo ya es maravilloso.

Sin embargo, si hay algún alma en esta serie esa es Antonia Scott y Vicky Luengo. Captando excepcionalmente la oscuridad y soledad de su personaje, la actriz emplea ya sea su expresión corporal (al inicio cerrada y cada vez más abierta según transcurren los episodios) como la manera que tiene de relacionarse con los demás para transmitir la frágil salud mental de una mujer de altas capacidades intelectuales, pero con un gran problema personal que, alejándola de la realidad, la ha hecho caer en una depresión la cual nunca se menciona, pero siempre está presente.

Pero más allá de la trama y de los personajes, si hay algo a destacar del guion y de los actores es cómo han sabido llevar a la pequeña pantalla la relación tan particular y especial entre Antonia Scott y Jon Gutiérrez; un elemento que ante la por momentos simplista y laberíntica escenificación de la trama principal se convierte en uno de sus elementos más bonitos y destacables.

Si hay algo a destacar del guion y de los actores es cómo han sabido llevar a la pequeña pantalla la relación tan particular y especial entre Antonia Scott y Jon Gutiérrez

Y es que sin llegar a apasionar con una adaptación que cubre el expediente, llega la Reina Roja más enmarañada dejando un sabor agridulce y a la clara espera de una segunda temporada ya confirmada.

¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar