Unicornios

Greta Fernández saca brillo a una estructura narrativa que no ofrece nada nuevo al espectador

Los Unicornios son esos seres mitológicos irreales pero únicos y especiales que han servido al director Alex Lora para poner el título a una obra que acompaña al personaje de Isa, una millennial que quiere sentirse tan única y especial como un unicornio, pero cuya inmadurez y malas decisiones la llevará a tocar fondo.

Para contar la historia de Isa, Alex Lora ha contado con la colaboración de Pilar Palomero, Marta Vivet y María Mínguez. Juntos firman un guion bien estructurado, pero al que no le faltan altibajos. Y es que tras una primera media hora en la que vemos a Isa con una vida casi perfecta, el personaje comienza a autodestruirse sin límite alguno. Ya sea en sus relaciones poliamorosas, amistades, familia o trabajo, cada noche que Isa sale parece ser un descenso más profundo hacia los infiernos.

Por primera vez Greta Fernández abandona el papel de la admirada y resiliente protagonista que ha abundado a en su carrera hasta la fecha para ofrecer magistralmente al espectador una anti-heroína cuya vida con demasiadas aristas y frentes abiertos aborreceríamos, si no fuese porque a veces nos vemos demasiado identificados con ella.


Greta Fernández saca brillo a una estructura narrativa que no ofrece nada nuevo al espectador; su personaje es una joven millennial, como tantas otras, que vive pegada a su móvil y cuya vida llena de inconformismo, egoísmo y mala educación cae en el más profundo de los abismos por una carrera frustrada en Instagram.

Sin embargo, no por previsible esta obra de Alex Lora puede dejar de resultar interesante. La película supone una nueva oportunidad para que el espectador reflexione sobre su propia vida y sobre lo que el director define como "un sistema agotado". El guion sabe retratar la des-ubicación de las generaciones más jóvenes quienes, al vivir cada segundo de su vida con el móvil como extensión de sí mismos, experimentan las envidias y frustraciones más insoportables.

La película no sólo pone frente al espejo al espectador más joven, sino también a las generaciones que la preceden. Porque Isa no es la única responsable del egoísmo y la envidia que destruyen todas sus relaciones. El guion añade una crítica velada a las generaciones que, como Alex Lora afirma, crearon el sistema que ahora ahoga a los jóvenes y cuyas relaciones, no precisamente afectivas en muchos casos, han marcado a la generación de Isa. Ellos tienen ahora una vida casi perfecta mientras sus imperfecciones viven en sus hijos.

Frente a un guion por momentos algo simplista y previsible, la estética cinematográfica no decepciona. La profesión frustrada de la protagonista como creadora de contenidos en Instagram justifica una original combinación de planos en los que el formato de la red social se entremezcla con el formato cinematográfico. La abundancia de primeros planos hace que el espectador se sienta parte de la escena y le permite percibir las texturas como si estuviera presente. Todo lo que Isa toca y siente se transmite de manera nítida.

Con todos estos elementos Alex Lora firma una obra más visual que narrativa, pero que llevará al espectador a encontrarse con su propia realidad, aquella que a muchos les cuesta en algún momento aceptar.

Estreno en cines de España: 30 de junio (2023)

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